Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

martes, 22 de noviembre de 2011

¿Apostarías por ti?

Todos los seres humanos nos creemos únicos, originales, inimitables, necesarios. Nos consideramos especiales y distintos al resto. Y nos olvidamos de algo mucho más importante y profundo, que nos iguala y nos mide a todos con el mismo rasero. El miedo. Todos los seres humanos tenemos miedo. Y es un miedo atroz, profundo, negro, oscuro y, sobre todo…solitario. Tras esa coraza de supuesta fortaleza y vitalidad cae la noche, y, con ella, el más poderoso y temido de nuestros enemigos: nosotros mismos.

Nos tenemos miedo porque en realidad nos conocemos más de lo que nos atrevemos a decir, sabemos que no somos tan fuertes, que toda la coraza no nos protege de nosotros mismos, y, que llegado el momento, somos capaces de hacer cosas que ni imaginamos… que determinadas circunstancias, las más absurdas, pueden tener el suficiente e inmerecido peso como para cambiar nuestras vidas.

Nos tenemos miedo porque somos seres dependientes de otros seres igual de débiles que nosotros, y, conscientes de esa debilidad, nos aterra saber, que llegado el momento, podemos llegar a quedarnos solos. Porque no confiamos en la fortaleza de los demás, pero si creemos en su debilidad. Y así cerramos un círculo de desesperación y desconsuelo. Saber, que lo que más amamos, es tan débil como nosotros, y que no puede protegernos.

No tenemos el valor de apostar por otros, pero tampoco por nosotros mismos. ¿Apostarías todo por ti? No, porque sabes que tus fantasmas pueden ganarte en cualquier momento.

Y nos aterra esa soledad que vivimos cada noche, y que nos empeñamos en combatir durmiendo con alguien al lado. Pero la noche siempre vuelve. Y el gran reto, no consiste en encontrar a esa persona que nos acompañe en los miedos más íntimos, sino en despertar cada mañana y comprobar que has sobrevivido.

Que nos quedan fuerzas para un nuevo día. Y cada mañana nos levantamos pensando en que hoy sí ganaremos la batalla a nuestros miedos. Y así, día tras día, hasta descubrir y ser conscientes de que tenemos que mirar al miedo a la cara. Y, así, mirarnos al espejo y pensar: YO PUEDO.

2 comentarios: