Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

jueves, 7 de junio de 2012

Only time


Hay momentos en la vida de uno en la únicamente nos limitamos a seguir y dejar pasar el tiempo; si estamos con un amante de turno nos convencemos de que le queremos y nos dejamos calentar a la luz de la compasión, pero puede pasar, que tras muchos meses a la espera de la nada, en la que no esperas nada, ni siquiera que el día vaya bien, un día, un ser común, no demasiado guapo, no demasiado perfecto, te dé la vuelta al ombligo y a la poesía y te obligue a querer volver a la vida. Ese día, ése, sabrás que te has enamorado, y que nunca volverás a ser el que creías ser. Ese día comprenderás la vida.

Un trozo de mi vida en cada nueva maleta,
en cada viejo amigo,
en cada recuerdo contigo.

He pasado noches en bocas de otros,
meses acompañada de un desconocido,
años a mi sombra,
y una vida acurrucada de vacío.

En medio del vacío, surges,
sólo eres tiempo en una noche de depresión,
pero sentido muy muy escaso,
y el recuerdo más intenso de mis casi 20 otoños.

Sólo tiempo,
sólo seis meses,
sólo un minuto antes de despedirnos,
ya te echo de menos.

Ese vacío de antes de perderte
él no hacer nada contigo,
tirarnos en el suelo de esa catedral,
pasar el tiempo por nuestros abrazos.

Quiero que me recuerdes feliz,
porque más allá del amor que te profeso,
me has devuelto mi fe, mi ganas de llorar,
y mi temor a perderlo todo de nuevo…
y eso es maravilloso o quizás,
utópico.