“Hay recuerdos y árboles forzados a crecer
Con la madera deshojada
De un lápiz de colores.”
Una vez más, tras el robo de versos
Y la inversión en horas de insomnio
Puedo apreciar la transparencia,
El deseo de tus alas.
Robo los retales de tiempo,
La luz de la Luna,
El murmullo del silencio
Y devoro los ocasos.
Anhelo desde hace mucho
Lo que para otros es mero azar,
Y deseo que mañana recuerdes
Que hoy hemos vivido.
Sin premeditación y con alevosía
Perturbo tus recuerdos;
A la espera de otros conjuntos,
Vectores que nos relacionen.
Supones que el camino debe ser andado,
Por qué no girado, aletargado
Deseado, esperado, desviado
O simplemente vivido.
Recuerdo la luz de aquella noche,
La mirada furtiva que robamos,
Los niños eternos,
La eternidad de la felicidad.
Recuerdo los mordiscos al aire,
Las inspiraciones de tus días,
la rudeza de nuestros abrigos,
El frio de nuestras soledades.
Los gritos ahogados fueron feroces,
La lucha algo turbia,
El bitácora arduo gastado y,
La desesperación nunca compartida.
Que si el universo es lo más eterno
Y ni siquiera él lo es,
Yo puedo conformarme con un punto,
Una estrella que me seduzca.
Y así, seducida, atrapada
Desechar lo que me ataba,
Parar a contemplarte;
Y seguir aquel punto.