Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

sábado, 25 de febrero de 2012

Cosas de humanos.

Hay días que las víctimas no pueden dar la cara.

Y días en los que los que deberíamos estar allí y no estamos.

Y días en lo que todo falla, esperamos algo, algo que no puede ocurrir. Los valientes no empuñan armas, sino más lágrimas de las que se merecen. Y es que parece ser que los valientes no tienen  derecho a hacerse pelota y dejarse fallar. Sí, dejarse fallar a ellos mismos, únicamente a ellos, y ni eso se permite.

Pero reconozco que deberían estar ahí cuando se les necesita.

Hay ayudas que se piden a gritos ahogados. Hay ayudas que se ven venir pero se niegan a llegar.

Lo peor de fallar a los demás es que tú eres uno de los demás. Y fallarte a ti mismo es lo que más te jode. Los demás te importan un carajo. Aunque no su dolor.

Portazos y silencios de los que odias.

Dejar en paz a los valientes, ya ganan suficientes batallas por vosotros, ¿Qué más de si se fallan a ellos mismos? ¿Qué más da lo que les ocurra a los demás si están para cuando les necesitáis?

Pues que igual ellos también piden ayuda a gritos ahogados. Ahogados por vuestros putos gritos malhumorados e infantiles.

Hay días en que los valientes son las víctimas, y no pueden dar la cara. Se fallaron a ellos mismos y lo que empuñan, con lo que os defienden, son las lágrimas que no dejaron caer.

“Lo triste de los humanos no es que tengan un precio, sino el irrisorio precio por el que se vendieron.”

miércoles, 22 de febrero de 2012

Todo o nada

No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más les importa,
lo pierden para siempre.

Órdago a mi corazón,
navajazo al tiempo,
copazo del tirón y a herir tus labios.

Me juré ser racional y que nada me perturbara,
me juré promesas cargadas de mentiras,
me juré una vida cómoda y normal,
me juré ser como vosotros.

Apareció la perdición con nombre de perversión,
aparecieron los hurtos de tiempo,
los asesinatos a pulmones autosuficientes,
apareciste tú.

Los labios sobados son puertas a la experiencia,
los botones nuestra única frontera,
y tras una descarada duda entre el siempre y el nunca,
basta de amores a medio gas.

Nunca pude mirar al que por miedo cierra su corazón,
detesté al cobarde que no rompe el papel de regalo,
me jode el que mete mano y no toca el alma.

No lo niego,
te quiero más que tú a mí,
te quiero más allá de mi tinta.

Te jodes porque me heriste hasta el basta,
ahora me debes una solución,
te acepto una noche en silencio,
te acepto que me beses después de.

Si quieres te perdono,
si quieres me mudo al fin del mundo,
si quieres me hago guerrera,
si quieres repito los abrazos irrepetibles,
si quieres arranco el futuro al destino.

Si quieres sumo minutos a los besos eternos.

lunes, 20 de febrero de 2012

Pensamientos irreales reales.

¿Cómo le cuentas al mundo que ya no puedes o, peor, cómo les cuentas a ellos que ya no quieres, que esa parte de ti murió hace ya mucho…? Cómo explicar que comenzaste a tomar decisiones, cómo justificar que quieres escuchar una balada lenta…Cómo gritar que la realidad te resulta dolorosa, que tu vida resulta una carga demasiado pesada, que de un tiempo a esta parte has madurado, y que pese a que toca seguir, el rumbo que llevabas y que tanto peleaste y ansiaste por seguir, lograr, ya carece de sentido…Y explotar, reventar tímpanos ajenos en un intento por demostrar que crecer y hacerse adulto no es fácil, y que arriesgarse es demasiado arriesgado y no para valientes, sino temerarios… ¿Y si ese nuevo rumbo solo fuera para temerarios? Pero ¿Y si incluso la valentía me resultase aburrida? ¿Qué ocurre si de pronto deseas a toda costa esa temeridad y ya nada ni nadie más importan?

sábado, 11 de febrero de 2012

Ritmos deliberadamente taquicárdicos

Debo confesaros que anoche el futuro llamó a mi puerta y yo me hallaba en pijama. Me asusté y por primera vez en mi vida no supe que contestarle.


Ritmos deliberadamente taquicárdicos,

guitarras desorientadas.


Marcando las disonancias de acordes tardíos,

la Luna nos pilló de espaldas,

los sentimientos de lado,

el futuro de cara.


El Sol despierta las mentes borrachas,

sedientas de claridad,

calienta nuestros deseos,

alimenta nuestras esperanzas.


Borramos la calidez del recuerdo,

empeñamos nuestras lágrimas de gravedad,

desorientamos a nuestro pasado,

comienzan a llegar las decisiones.


Una mano que avance firme,

un camino que conozcamos,

una sonrisa altruista,

un siempre en un nunca.

domingo, 5 de febrero de 2012

Me marcho un momento a por tabaco

Querido Destino:

Ocurrió y actué. Lo hice. Yo, lo hice. Increíble, que alguien como yo haya hecho algo así…ahora algunos se tiran de los pelos en un gesto más forzado que dolido. No me dan pena y siento defraudarte. No soy lo que esperabas, lo sé. Tampoco te pedí que pensaras nada acerca de mi persona, asique me alegro. Ni te lo pedí a ti ni se lo pedí a ningún otro ser humano. No defraudo porque no prometo.

He decidido una cosa ahora mismo y frente a mí misma: no voy a buscarte, ni mucho menos vas a venir a mí. No. Porque no te quiero. Porque me alejo de ti, tus convencionalismos me aburren, no me sorprenden. Como me aburren los rostros de la cotidianidad o los gestos de amor manidos. Como me desencantan las llamadas tardías. Nunca esperé nada de ti, no me jures glorias, ni grandes reconocimientos. Y nada de diamantes, acuérdate por favor. Nada de sorpresas. Déjame en paz.

No espero nada del ser humano, no me sorprende verlos actuar. Son pura masa. Incluso verlos cometer errores ya me cansa. Y no me digas que he de perdonar, no me digas lo que tengo que hacer. Perdonar dice Gandhi que es para gente muy valiente, y yo no lo soy. Sé perfectamente cuanto te extraña que yo hable así, que no cuadra con mi burbuja de amor. Sigo dentro de ella, no te equivoques, y confío en la raza humana como confío en mí; porque si yo lo logro a diario, ellos también pueden, y algún día reaccionarán. Yo no poseo cualidades excepcionales. Sigo pensando que somos lo más precioso de este planeta. Mucho más precioso que tú.

Mira Destino, ya me has ilusionado muchas veces y he derramado más lágrimas por ti que por ninguna otra causa. Que por ninguna de mis causas. Y no te las mereces. Te mereces la muerte. Sí, está fatal que una niña bien educada hable así, pero no soy perfecta, te lo avisé, no esperes nada de mí porque tú y unos cuantos más os merecéis la muerte. Pero como yo no soy ni la mitad de malvada que vosotros no me considero con el poder de haceros daño; asique me limitaré a ver como tú los haces caer, fíjate que en ese sentido sí creo que existes. Pero no para mí.

Voy a borrarme de tu vista, pero esto no te sorprende. Desde aquel día de verano en que vi la luz por primera vez, sabes perfectamente que conmigo no puedes jugar al escondite. Siempre te gané. Pero tranquilo, que no eres especial, me borro también de la vista del resto de míseros humanos que me rodean. Me marcho a donde me necesitan y al lugar que me corresponde. Me voy conmigo misma, con quién más feliz me hace.