Sonata No.12 F major, Mozart, y me muevo entre los graves para ser los agudos. Adormezco en este letargo de invierno y deseo la desidia de saberme feliz entre las sábanas y mantas. A la calidez de las corcheas repaso los acordes de este año y encuentro fusas muy intrigantes, negras muy risueñas y silencios demasiado lentos. Al final la música sigue sonando y es un F mayor, concluyo que nada malo puede pasar bajo mis sueños, y que seguir en la cama puede ser un gran premio. Por el contrario, la sonata cuenta con un contrapunto de angustia que si puede traspasar el muro de mantas y calor y reconozco mi dolor como fiel compañero de este año. Pese a todo es mi compañero, y ya está domesticado, no es más que una nota que advierto que va a venir, y he aprendido a añadirle dos compases de resucitación. Es el allegro.
Relatos de lo excepcionalmente cotidiano
¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?
miércoles, 28 de diciembre de 2011
Resumen 2011.
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