Maldita dulzura la tuya
Desafié al límite de la razón,
di con sinrazones y sinsentidos,
bebí de la lucha para escupir la tregua,
solucioné más allá del límite.
Me reté a mí misma,
corrí para encontrarme,
choqué con mi temor, error,
avancé sin esperanza, a la desesperada.
A la desesperada encontré la razón,
en el recodo de mi desesperación,
en las grietas de mi fortaleza,
en el camino trazado, abandonado,
de nuevo encontrado.
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