Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

domingo, 8 de abril de 2012

El cambio de dos a uno

Últimamente mi vida contigo es real, y ha dejado de ser aquel sueño en común que tantas noches planeábamos. Últimamente mi pasado me hace darme cuenta de que me he convertido en una coleccionista de momentos amorosos, ñoños, especiales, duros, tiernos, raros, felices, rutinarios, adorables, alegres, tensos…de todo tipo de colores y precios…y todos contigo. Últimamente el deseo de una vida contigo empieza a desaparecer, ya se ha despertado y ya es realidad.
No tengo quejas ni argumentos que me entristezcan, y gozo de barra libre de paciencia y fortaleza para dedicárnosla. Tengo la exclusiva y primicia de nuestra felicidad. Obvio que hubo un precio que se debía pagar, y obvio que pagué yo (como siempre). No fue barata esa primicia, pero resultó suficiente con aportar el miedo vivido en cada discusión, puesto que era yo la que veía todo peligrar, al igual que era yo la que se quedaba sola en una habitación sin saber que esperar de ti, sin poder dar más de mí, sin saber si esa vez mi sueño contigo llegaría a puerto o naufragaríamos de nuevo…Era yo la que veía derrumbarse a cada segundo los pequeños logros antes obtenidos como “pareja”. Era yo la que poseía la capacidad para pagar nuestra primicia. Y pese al alto precio, lo pagué, por tener una “pareja”.
Últimamente nos veo más como pareja que como amigos especiales, y últimamente me he acostumbrado a que estés ahí, siempre ahí, a mi sombra y a mi luz, a mis buenas y a mis malas, a mis depresiones y a mis euforias, a mis todos y a mis nadas. Últimamente soy una persona “normal” con una relación de pareja “normal”. Últimamente me has acostumbrado a esto.
Últimamente mis miedos son otros, y son miedos a perder lo que tanto me resistía a querer disfrutar. Te tengo miedo a ti, me tengo miedo a mí y tengo miedo a lo que podemos ser si dejamos de ser nosotros. Últimamente la remota, grotesca y dantesca posibilidad de ser dos y no uno, la posibilidad de mi vida sin ti, es lo que me asusta.
Echo de menos cuando estar sola no me asustaba, cuando era independiente y sentía que sola era más que acompañada. Pero supongo que este nuevo miedo a perderte de una manera seria es el miedo que me toca pagar a cambio de esta vida juntos en pareja que últimamente hemos construido, el cambio de dos a uno.

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