Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

sábado, 3 de marzo de 2012

Primeros desencuentros.

Una noche como otra cualquiera puede no ocurrir nada u ocurrir algo que no suponga nada, pero te lo cambie todo. La más absurda de las casualidades o el más buscado de los desencuentros. Seres humanos con miedo a desear un abrazo con quien ya no le corresponde, pero que se sienten irremediablemente aliviados al comprender que ambos lo deseaban. Increíble el comprender como el tiempo no ha pasado por sus recuerdos, ambos recuerdan y nadie más comprende. Ahí está la magia. En que esa persona ya no supone nada, pero lo supone todo. Supone la certeza de que no fue un error. Supone la confirmación de que tu vida siempre tuvo un rumbo, que nunca lo perdiste. Que nunca estuviste más cuerdo que esa noche de extraño frío. Que nunca estuviste más de acuerdo que con esas extrañas miradas. Que nunca te sentiste tan cómodo como en ese abrazo harto conocido. Este desencuentro habla de comienzos complejos, de incertidumbres del pasado, de inocentes chiquilladas, de los primeros pasos acompañados, de los primeros descubrimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario