Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

jueves, 27 de octubre de 2011

Autogobierno

Sí, vale, lo admito. ¿Y qué? ¿Acaso te importa? ¿Acaso te importas? ¿Acaso me hiciste caso? Pues déjame dormir, y de paso respirar en mis felices sueños, y de paso sueño que estoy donde quiero estar. Y al despertar, justamente, estoy donde estaba en mi sueño. Porque es mi vida, porque yo la elegí, porque yo la decoro, la desdecoro, la ensucio y la limpio. Yo juego a ser una infantil y juego a ser mayor.
Y finalmente, entre tanto jugar me moldeo a mí misma y te das cuenta de que lo yo soy está tres pasos por delante de ti, y que ya no me puedes atrapar. No puedes atrapar a un ser libre, no puedes porque estás detrás de mí y ni siquiera ves que estoy por delante tuya, que valgo más que tú. He volado.
Y entonces te preguntarás qué nos pasó, que hicimos bien, que hicimos no tan bien, cuando esa sonrisa dejó de ser la original, cuando cambié. Y no hallarás respuesta, porque ni yo misma la tengo. Si supiera las respuestas a mi vida, pues cambiaría las preguntas, porque si no me aburriría de saberlo todo.
Pero como no lo sé todo, busco, indago, me tropiezo, me hago daño, lloro y me hago pelota. Pero luego dejo de ser pelota, me sacudo el polvo y sigo buscando. Y el resto, esos que me rodean, esos que como tú se preguntan acerca de mi cambio y por qué ocurrió, pues miráis con cara de asombro y no entendéis nada. ¿Quieres saber por qué cambio? ¿Por qué indago acerca de mi vida?
Pues porque no quiero estancarme. No quiero ser parte de la masa. No quiero que me gobiernen, y sobre todo, NO QUIERO SER COMO TÚ.

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