Relatos de lo excepcionalmente cotidiano

¿Y si tuviéramos marcos de interpretación de la realidad distintos?

viernes, 10 de agosto de 2012

He aprendido...

He aprendido a volar sin alas, a derrapar sin barro, a chocar sin muros, a levantarme sin haber caído. He aprendido que la mayor felicidad puede ser la mayor de las cárceles y, que la mayor desdicha es la mejor de las oportunidades. Los finales felices pueden ser desgraciados y, los errores tal vez sean los finales felices, o los alternativos, o los no contados. Puede el amor hacer de nosotros viles autómatas y puede el desamor concedernos el amor propio. Comprendí que el mejor de los amigos no estaba hecho para mí, o que quizás no existiera, pero descubrí que los malos amigos pueden no serlo tanto. La vida que no viví es la que no me tocaba, las personas que no tengo son las que no necesitaba y los errores que lloré fueron los capítulos de la vida que tenía que vivir.

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